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Enrique Menasalvas

Director de Wine Tours Madrid.
Wset 3 y Técnico Superior en Viticultura.

El Origen del Vino

Recientes estudios han demostrado que el origen del vino es más antiguo de lo que pensábamos. Se podrían hablar de once mil años de historia de una bebida que ha acompañado a gran parte de la humanidad desde los orígenes de la civilización.

Bien, esos primeros vinos elaborados en el área caucásica tenían algo en común con algunas bodegas del sur de Europa que aún hoy siguen elaborando sus vinos en tinajas de barro, el mismo material que usaban aquellos primeros elaboradores de vino. En un primer momento, el ser humano, tan dependiente del agua para su supervivencia debía transportarla en pieles de animales o en recipientes de barro. Aquellos primitivos recipientes permitían almacenar alimentos, líquidos, ponerlos a salvo de animales y microorganismos, protegerlos del oxígeno, de la temperatura y también desplazarlos fácilmente. Posiblemente en una de esas tinajas primitivas es donde originalmente algunos granos de cereal fermentaron al contener agua de lluvia y dieron origen a la cerveza. Y también posiblemente los primeros vinos de la humanidad, si no fermentados, sí que se guardaron y se bebieron en recipientes de arcilla. 

Hoy en día países como Georgia, Armenia, Grecia, Italia, España o Portugal siguen conservando bodegas centenarias donde las tinajas siguen siendo los depósitos principales para elaborar vinos. En nuestro Tour de Bodegas de Madrid podrás disfrutar de algunas de esas joyas enológicas como la bodega centenaria Jesús Díaz e hijos en Colmenar de Oreja o Bodegas del Nero en Chinchón. La tinaja ha sido hasta hace 70 años el recipiente principal para la fermentación y conservación de vinos en gran parte del área sur mediterránea. Aquellos lugares que no disponían de abundante madera o de puerto marítimo para obtener barricas como por ejemplo la meseta sur de España han seguido recurriendo a la arcilla para construir gigantescos depósitos de vino. Centrándonos en la realidad española los grandes centros tinajeros de la mitad sur peninsular eran Colmenar de Oreja y Villarrobledo en la zona manchega, Cebreros en la montaña de Gredos y Torrejoncillo en Cáceres. Una industria eclipsada por la aparición del hormigón a partir de los años 30. El hormigón comparte propiedades con la arcilla como cierta porosidad, estabilidad térmica, versatilidad de formas y la posibilidad de elaborar en grandes volúmenes de líquido. Sin embargo el hormigón garantizaba la durabilidad y resistencia de los depósitos frente a la fragilidad de la arcilla. 

Ambos depósitos tenían la desventaja de acelerar la oxidación de los vinos una vez llegaba el calor primaveral y por ese motivo casi todas las zonas donde la tinaja ha sido el principal elemento enológico hay cuevas debajo de las bodegas. En esas cuevas, como las que podremos visitar durante nuestro Tour a la Región de Vinos de Madrid, los vinos eran guardados a partir del mes de marzo o abril y permanecían hasta después del verano. Las bodegas a su vez estaban preparadas para recoger los vinos que pudieran verterse desde una tinaja rota y en muchas de ellas pueden verse depósitos enterrados o incluso tinajas enterradas que se encargaban de salvar el vino procedente de las tinajas que eventualmente podían romperse. 

Hoy en día quedan lugares como Colmenar de Oreja, Chinchón o la Sierra de Gata en Cáceres donde la tinaja sigue siendo un elemento presente en bodegas industriales y familiares. La tinaja con su forma cónica u ovoidea permite clarificar los vinos de manera eficiente. Además, la arcilla por su estabilidad térmica no permite que hayan drásticos cambios de temperatura en su interior lo que favorece la conservación del vino. 

Además del uso histórico hoy en día muchos elaboradores de prestigio utilizan nuevas ánforas para la elaboración de sus vinos más especiales. Además, es un recipiente muy utilizado en vinos biodinámicos. Todo comienza en el huevo y las tinajas, con su forma ovoide reproducen ese origen de todas las cosas donde el vino también nace. Además, esa forma de la tinaja favorece la dinámica de fermentación al producirse un cierto movimiento de la pasta durante la fermentación alcohólica. Como grandes aficionados que somos a los vinos elaborados en tinaja de barro, hemos diseñado nuestro Tour a la Región de Vinos de Madrid para poder compartir con nuestros clientes la magia de unas bodegas que en contra de los tiempos modernos donde la industria llena las bodegas de tecnología moderna y artificial. 

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